viernes, 20 de octubre de 2017

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas?
Un día... Era... no sé ¿primavera?
De repente quisiste estar solo
y te fuiste a pasear a la fuente.
Caminabas despacito para alargar el camino.

Sentiste el cambio sutil de temperatura,
a lo lejos escuchaste un subterráneo riachuelo.
Te apoyaste en una piedra o ¿era un árbol?
Quisiste acariciar el cielo
 pero las ramas caprichosas se opusieron.

Antes de beber el agua,
te miraste en el espejo perfecto.
Eras joven, guapo, alto, inteligente o ingenuo...
te sentías feliz, tranquilo.
Dejaste de odiar.
Si odiabas al mundo entero.

El silencio te llamo a gritos,
el aire te acarició
buscaste entre las hierbas esa ninfa de color.
¡Estaba allí! ¿La encontraste?
No, que pena, me dices que se te escapó.
Respira, vuelve a sentir aquel día.
Qué bonito fue ...
¿te acuerdas?


 Do You remember?
You remember?
One day ...It was ... I do not know spring?
Suddenly you wanted to be alone 
you went for a walk to the fountain
You walked slowly to lengthen the path.

You felt the subtle change in temperature,
In the distance you heard an underground stream.
Did you lean on a stone,  or was it a tree?
You wanted to caress the sky
  but the capricious branches opposed.

Before drinking water,
You looked in the perfect mirror.
You were young, handsome, tall, intelligent or naive ...
You felt happy, calm.
You stopped hating
If you hated the whole world.

Silence shouted at you,
the air kissed you
you searched among the herbs for that nymph of color.
It was there! You found it?
No, what a pity! you tell me that it escaped you.
Breathe, feel that day again.
How nice it was.
Do you remember?

No sale el sol

No sale el sol estos días.

Andará por otros mundos 
Iluminara otros cosmos. 
Dejara su huella en otras tierras, 
en otros corazones. 
Empujara lunas 
a mover mareas, en otros mares

No sale el sol estos días.

Y yo padezco  esta obscuridad... 
....anhelando ansiosa
su regreso .

sábado, 18 de febrero de 2017

I miss you

¿Por qué te vas?
Odio cuando estas lejos
No siento la caricia  invisibles
 de tus párpados.
No leo las palabras  que encadenas,
... aprisionándome
No intuyo lo que no dices.
No hay color en el aire.
Te ausentas y me siento  tan  sola.
Incluso por un día
te  echo de menos.



  I miss you
 Why are you leaving?
I hate when you're far
I do not feel the caress invisible
  of your eyelids.
I do not read the words you chain,
imprisoning me
I do not intuit what you do not say.
There is no color in the air.
You go away and I feel so alone.
Even for one day
I miss you.

viernes, 25 de marzo de 2016

Único

El camino era arduo, 
incluso los arboles que ofrecían hojas
se volvían tacaños a su paso
no caían hojas para acariciar su cara

Después el sol calentaba  otras sonrisas 
en el recorrido amargo de aquella 
tarde con olor a florecitas escondidas
-algunos las pisaban,  sin percatar su belleza-
las sonrisas caminaban paseando
en una tarde de otoño de un año 
de la vida de todos.

Aquel muchacho  era especial o raro
o simplemente único
con la consecuencia nefasta que provoca en todos 
la ignorancia de lo que no refleja nuestro Yo

Pero las causas  cambian
y nacieron  pájaros rojizos que acechaban su aura 
que llegaba brillando hasta el cielo azul 

Tendieron  sus alas al muchacho 
para que impetuoso volase por encima 
de  aquellos árboles avaros y pudo espolvorearlos 
del oro,  recogido al rozar rayos  quebradizos de sol 

De repente todo se volvió único! maravilloso 


y él tuvo lugar -por fin-en aquel espacio. 

domingo, 6 de marzo de 2016

El hombre de Vitrubio

En el año 1518  Luis Vives humanista y teólogo español  se dirigía a un reunión secreta en una casa situada cerca de la Grand place de Brugges. 
Había recibido una carta   sellada con el Hombre de Vitrubio, esfinge del humanismo y tributo de confianza. Donde se le invitaba a asistir a una reunión clandestina presidida por Erasmus.   
Aquella noche la niebla se esfumaba de los canales como brazos de fantasmas. El ruido estridente de las ratas hambrientas al chapotear en el agua turbia  se transformaba en lamentos.  El frío calaba y en los omoplatos se sentían filamentos estridentes  que procedían de la más fina capa superficial de los  poros... evitar sentir el picotazo pasar por  cada milímetro de piel era una tarea imposible.  La bruma se filtraba  conquistando los pulmones a cada respiro. La capacidad de humedad del hombre desbordada.    Se detuvo un momento, y tomó un trago de enciente. El único remedio natural  que le ayudaba a realizar un suspiro.   
                   -Me volví a perder...nunca aprenderé a orientarme por este laberinto de canales.
Al pasar debajo del puente de Saint- Gudule sintió una fuerza subterránea sujetarlo por  capa. 
                -Monsieur Vives.   Venga por aquí. La reunión acaba de empezar. 
 Se sobresaltó, al mismo tiempo una extraña intuición le invitó a la prudencia. Sabía que la inquisición española  lo perseguía.  Con cautela Preguntó. 
           -¿A qué reunión se refiere? 
          -  Monsieur Vives  usted sabe sobradamente a que reunión me refiero-  Y le mostró  insinuante su  anular donde sobresaltaba un sello en Oro  con la imagen del  El Hombre de Vitrubio  

El joven se dejo deslizar por la trampilla del puente y cayó a una barca que inmediatamente partió del lugar.  Avanzaba  cada vez más veloz. El agua salpicaba y el joven sentía el hedor putrefacto del agua  calarse  en los pelos de  su barba. . El canal se estrechaba cada vez más. La niebla había cubierto todo, su acompañante había desaparecido a escasos milímetros en aquella nebulosa. Un temblor recorrió su cuerpo al  mismo tiempo que una puerta  angosta se abría de  un muro.  La barca se detuvo a su altura. Siguió una sombra envuelta en más negro todavía  que lo invitó a seguirla. De  pronto su  corazón dio un vuelco que le obligo a detenerse  en la entrada de la sala.
 El aquelarre anual de Flandes lo había elegido como iniciador sexual   de  la joven  aprendiza Celeste. 
La racionalidad característica del humanismo se vio destronada aquella noche por el cuerpo blanco, virgen, caliente y embrujado del ocultismo medieval. 

Las vidas secretas... siempre esconden principios que escapan a toda conducta coherente  y las pendientes filosóficas de la historia se desvanecen enfrente de una  evidencia “palpable”. 




(Inspirado en el libro “ El sueño de la Razon” de J. M. Aguilera.)

A muchos árboles se les caen las hojas


“Tu vientre árido como el desierto posee vestigios de pétalos de orquídeas.”




No me dejes llorar. Amortaja mis lágrimas con tus puños. No quiero derramarme como polvo en el camino.




—¿Cuántos años llevamos juntos Arah?

—Ni sé mujer... años, no tiene importancia —se puso el sombrero y se sentó lejos del manzano.

—No te vayas tan lejos. Acércame la limonada. ¿Arah? ¿Me has sido infiel alguna vez?

—No.

—Sabes que te lo hubiese perdonado. ..Te lo hubiese perdonado todo.

—No tienes que perdonarme nada. Sólo te he amado a ti y te seguiré amando.

— ¿Arah?

—Dime amor.

— ¿Seguirán nuestros nombres escrito en aquel corazón que dibujamos en Verona, debajo de la casa de Romeo y Julieta?

—Ya lo comprobaremos. Hace tiempo que tengo ganas de viajar. Verona en abril debe de estar precioso. Seguro que te hará bien un cambio de aire. Le diré a Julia que reserve un viaje para los dos para el mes que viene.

—No creo que podré ir. No estaré recuperada.

— ¡Tonterías! Claro que estarás.

—La quimioterapia me ha envejecido mucho. ¿Recuerdas mi pelo? era la envidia de todas mis amigas. Y mi piel...

—Yo te sigo viendo como a una pimpolla.

—¿Pimpolla? ¿Qué es eso? nunca terminaré de aprender el español.

—Nout, tu español es el mejor...el que más me habla. ¿Una pimpolla? Debería prever más tus insistentes preguntas. Amor, me has pillado, no existe esa palabra en femenino. Me la he inventado. Pero un “pimpollo” es un brote tierno. Quise decir que sigues siendo la mujer más atractiva que he conocido.

—¿Arah? ¿De verdad que me quieres tanto?

—No, no tanto. Todavía me queda mucho más por quererte —recogió el bastón se acercó de nuevo al manzano y le tendió con manos temblorosas la limonada.




Resignación

Los castaños guardan los
reflejos escarlata en sus hojas
y niños lloran en la Tierra.

Escúchame, amigo o enemigo
Seguiré con mis poemas.
(No me queda otra)

Mi pequeñez me impide
 afrontar barbaridades.

Carezco de vigor y fuerza
para secar lagrimas…
…O destruir otoños.

Fatalista