sábado, 5 de marzo de 2016

La Sombra del Espantapájaros.

"El carnaval más típico de Belgica es el de Binche ciudad al sur del pais. Los “Guilles” son hombres disfrazados que desfilan por las calles se caracterizan porque arrojan naranjas a los espectadores del cortejo"



Binche existe que en Carnaval.


Las tiendas por donde pasaba el cortejo estaban adornaban especialmente para tan señalada ocasión; sus vitrinas hacían alarde orgullosas de viejas fotografías de antiguos carnavales ya míticos en la memoria histórica de la ciudad. La estampa más utilizada era una del rey Leopoldo II saludando al cortejo de “Guilles”.

El público que se tenía detrás de las barreras observaba curioso el desfile que avanzaba en procesión con una seriedad inapropiada para una fiesta tan pagana. Muchos espectadores se habían disfrazado, la mayoría imitando harapientamente a los afamados anfitriones. Natalia y Hugo iban a casarse el diecinueve de mayo y venían de Lille especialmente para ver el famoso Carnaval.

Natalia  se había dibujado en el tren un hada que levemente iba desapareciendo de sus mejillas, evaporándose con descaro como solía hacer aquella famosa “campanilla”. Hugo lucia un bigote de carboncillo que le daba un aire de un pirata desterrado sin piedad en esta Tierra valona ya olvidada . Todo se suponía lógico. Todo representaba el papel apropiado de aquella concreta circunstancia de la vida. Pero algo rompía aquella aparente normalidad. Desde hacía más de una hora, oculta en el gentío una mirada negra les observaba.

Los ojos de los “Guilles” se desorbitaban mientras la adrenalina irrumpía el ambiente. El publico frenético en avalancha se restregaba nervioso sobre ellos, que dislocados lanzaban violentamente naranjas a los espectadores cada vez más trastornados. Natalia se ahogaba en aquella estampida sudorosa que la apretaba corrompida. Hugo con un sentimiento de ineptitud intentaba protegerla, al mismo tiempo que observaba impotente como el bulto viviente la tragaba. En un instante que le resultó infinito vio la sombra de un espantapájaros alzarla y desaparecer velozmente como una mácula lunar sibilina por una callejuela surgida de manera misteriosa. Hugo  perplejo veía a Natalia alejarse en los brazos de aquella sombra y perderse para siempre en aquella perspectiva reducida. Pidió auxilio, desarmado, mientras el populacho lo arrojaba en rumbo opuesto y lo miraba divertido.

A la siete de la mañana en la Comisaria, Hugo esperaba todavía noticias de Natalia . El teléfono del Sargento Schmitt sonó tres veces. Habían encontrado una mujer destripada cruelmente en una calle angosta de la ciudad. El cuerpo yacía colocado detrás de una tinaja que de manera fecunda pero irónica florecía las primeras rosas rojas de una futura próxima primavera. Algunos periódicos ya sacaban la noticia con argumentos y comentarios de algunos habitantes que decían haber visto en el barrio la víspera del carnaval , la sombra fantasmal de un espantapájaros.



Cita: “Los carnavales son propicios para matar.” (Un asesino disfrazado)


viernes, 4 de marzo de 2016

Y yo… Y yo


Recorriendo aquel huerto

disfrazados de niños

y tu abrazo en mi nuca

y tu aliento en mi espalda

y tu "preciosa" ahogado

y tu ojos brillando


y noches de guerrillas

a matar pajaritos

que dormían en las ramas

con candiles y antorchas

con bromitas de amigos

y escondernos allí

en medio de las zarzas

y cavar viejos túneles

para buscar una cama

y decirte te quiero,

y te quiero, y te quiero.

y morir por tus besos

y tocarte tu pelo 

hasta enredarlos 

y después…

aquel coche que se iba de lejos

con aquel corazón que

dibujé en el maletero

y tus años en Salamanca

y los míos en el pueblo

y tus novias y mis novios

en los bares del centro

y nuestras miradas

que todo sobrevolaba.


y mi huida final

de todos los recuerdos

y la nostalgia que siempre  me quedó

por tu cuerpo.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Réquiem por un amor imaginario


-Réquiem por un amor imaginario-

Inventé una fabula

Un día de primavera

Anhelé inmortalizar una ilusión

que extendí, idealizando Sueños.

Fantaseaba con situaciones ilusorias

Con Espejismos  locos y sin sentidos 

Imaginaba un abrazo que no existia 

hueco y para siempre  impalpable 

 

          Deambulaba 

 Por una tierra árida y yo

Encontraba flores.

Me las inventaba

Encontraba besos.

Los imaginaba.

 

Y tu mano rechazó la mía

aquella tarde en un jardín botánico,

cuando las orquídeas empezaban

incesantes a brotar

perfumando el aire,

Con un aroma a Réquiem...

...A réquiem por un amor

Imaginario.

domingo, 6 de diciembre de 2015

The cherry-tree also blooms in winter

Among the gray of the existence
These cold days, in every sense,
bring me a memory or an image 
in the middle of uncertain days
and frustrated occasions,

A centenar cherry-tree, that was raising 
In the garden of my grandparents. 
It was winding everything! 
His rough branches of decades and decades 
spreading omnipresent. 
Supremacy of the space 

I was inhaling this smell of marvel 
while let me cuddle 
in the long black skirt of a woman 
who, like Scheherazade brought me every night 
prodigious stories. 

And I see the whites flowers 
The  crystals petals 
The spot scarlet and sensual 
that was penetrating in the fiber. 

And I wish to be change into an instant 
in this way ,as a feverish hedonist, 
Take advantage of my Life. 

viernes, 6 de noviembre de 2015

Diario de Viaje de una Araña Autista



Eran las tres de la tarde y treinta segundos. Verano.

Eran las tres de la tarde. Verano. El calor achicharraba, olía a miel.

Un zumbido se acercaba: un enjambre de abejas hacía temblar el aire con sus ondas.

Un cerezo, seco en apariencia, crujía al desprenderse fragmentos de su corteza. Los huesos de sus antiguos frutos yacían deprimidos en la tierra roja, triturada bajo el paso leve de una sombra.

Los linderos mostraban un espectáculo canicular. La hierba, seca y jorobada, se doblegaba senil.

Una sandalia de goma se derretía, cocida por un Helios frenético y opresor.

Solo la hiedra, enredada en la pared destartalada, genéticamente afortunada, atesoraba restos de humedad en sus hojas donde bichejos se afanaban buscando frescura, anhelando el relente de la noche.

Una mujer soberana, tallada en un camafeo de ónice semi-sepultado, titilaba vanidosa, provocando a la Nada, única espectadora de su encanto, que devolvía con displicencia el reflejo lastimoso de una realidad apenas existente.

Una hormiga arisca merodeaba veloz por los surcos microscópicos de la erosión. Aventurera, anacoreta frustrada, se detenía en espasmos, postergando la condición social de su especie.

El aire dejaba de ser transparente. Ondulaba, como materia temporal.

Un cuerpo ilusorio formaba siluetas caprichosas, fantasmagóricas, amorfas, hirviendo mientras bailoteaban sin ritmo.

Se asemejaban a ventanas virtuales, encuadradas en espacios invisibles, orientadas en trechos incomprensibles para el cerebro.

Una cigarra cantó, impregnando la amplitud. Su plétora resonante llenó el tiempo, produciendo náuseas.

El puentecillo de lancha rechinó enfurecido.

Una lagartija ágil hendía la atmósfera. Su color gris insípido pirateaba los huecos y hendiduras de las piedras desatendidas, vestigios anónimos de la vida.

Se incrustaba, ansiosa o mendicante, chupando pervertida, como un vampiro sediento, las venas del aire, oreando el nimio oxígeno que se pudría, aplastado.

Eran las tres de la tarde y treinta segundos. Verano.

Haces bien


Ya no hay más nada
sólo agua profunda en la laguna de tus ojos
aquellos tesoros siguen enterrados
en el oscuro lodo.
Ya no iré como náufrago a bucear intrépido
cerca del romano que reina en ellos.
y te diré
Que no te amo.
Que no te amo,
Que no te amo.
y buscaré tus labios, y tocaré tu cuerpo...

Me haces bien.
¿Sabes?
Me haces bien cuando te alejas de mí
porque a ti te hallé dentro de la tierra
contigo me entrelazo en las raíces,
y sólo veo en ti brote, flores
vida. 

Pienso que me uni a ti en un principio
en otro tiempo.
Que crecí contigo
En alguna parte hemos sentido lo mismo.
Pero esta simbiosis
se transforma en desconsuelo
por la dificultad de amar que nos acecha
y me haces bien.
Haces bien en irte.

sábado, 24 de octubre de 2015

Haiku's


I

The leaves dance
scarlet sensitives   fruits
caresses from sun

II

Cries of children
the stream splashing
with ties  of sun

III

Air and breeze touch
traces flying high
afternoon sleeps

IV

Awake with light
a warm caress comes
Heat the soul
Acrilico-Lejania-Almudena Martin 2009

Fatalista