domingo, 20 de diciembre de 2015

Réquiem por un amor imaginario


-Réquiem por un amor imaginario-

Inventé una fabula

Un día de primavera

Anhelé inmortalizar una ilusión

que extendí, idealizando Sueños.

Fantaseaba con situaciones ilusorias

Con Espejismos  locos y sin sentidos 

Imaginaba un abrazo que no existia 

hueco y para siempre  impalpable 

 

          Deambulaba 

 Por una tierra árida y yo

Encontraba flores.

Me las inventaba

Encontraba besos.

Los imaginaba.

 

Y tu mano rechazó la mía

aquella tarde en un jardín botánico,

cuando las orquídeas empezaban

incesantes a brotar

perfumando el aire,

Con un aroma a Réquiem...

...A réquiem por un amor

Imaginario.

domingo, 6 de diciembre de 2015

The cherry-tree also blooms in winter

Among the gray of the existence
These cold days, in every sense,
bring me a memory or an image 
in the middle of uncertain days
and frustrated occasions,

A centenar cherry-tree, that was raising 
In the garden of my grandparents. 
It was winding everything! 
His rough branches of decades and decades 
spreading omnipresent. 
Supremacy of the space 

I was inhaling this smell of marvel 
while let me cuddle 
in the long black skirt of a woman 
who, like Scheherazade brought me every night 
prodigious stories. 

And I see the whites flowers 
The  crystals petals 
The spot scarlet and sensual 
that was penetrating in the fiber. 

And I wish to be change into an instant 
in this way ,as a feverish hedonist, 
Take advantage of my Life. 

viernes, 6 de noviembre de 2015

Diario de Viaje de una Araña Autista



Eran las tres de la tarde y treinta segundos. Verano.

Eran las tres de la tarde. Verano. El calor achicharraba, olía a miel.

Un zumbido se acercaba: un enjambre de abejas hacía temblar el aire con sus ondas.

Un cerezo, seco en apariencia, crujía al desprenderse fragmentos de su corteza. Los huesos de sus antiguos frutos yacían deprimidos en la tierra roja, triturada bajo el paso leve de una sombra.

Los linderos mostraban un espectáculo canicular. La hierba, seca y jorobada, se doblegaba senil.

Una sandalia de goma se derretía, cocida por un Helios frenético y opresor.

Solo la hiedra, enredada en la pared destartalada, genéticamente afortunada, atesoraba restos de humedad en sus hojas donde bichejos se afanaban buscando frescura, anhelando el relente de la noche.

Una mujer soberana, tallada en un camafeo de ónice semi-sepultado, titilaba vanidosa, provocando a la Nada, única espectadora de su encanto, que devolvía con displicencia el reflejo lastimoso de una realidad apenas existente.

Una hormiga arisca merodeaba veloz por los surcos microscópicos de la erosión. Aventurera, anacoreta frustrada, se detenía en espasmos, postergando la condición social de su especie.

El aire dejaba de ser transparente. Ondulaba, como materia temporal.

Un cuerpo ilusorio formaba siluetas caprichosas, fantasmagóricas, amorfas, hirviendo mientras bailoteaban sin ritmo.

Se asemejaban a ventanas virtuales, encuadradas en espacios invisibles, orientadas en trechos incomprensibles para el cerebro.

Una cigarra cantó, impregnando la amplitud. Su plétora resonante llenó el tiempo, produciendo náuseas.

El puentecillo de lancha rechinó enfurecido.

Una lagartija ágil hendía la atmósfera. Su color gris insípido pirateaba los huecos y hendiduras de las piedras desatendidas, vestigios anónimos de la vida.

Se incrustaba, ansiosa o mendicante, chupando pervertida, como un vampiro sediento, las venas del aire, oreando el nimio oxígeno que se pudría, aplastado.

Eran las tres de la tarde y treinta segundos. Verano.

Haces bien


Ya no hay más nada
sólo agua profunda en la laguna de tus ojos
aquellos tesoros siguen enterrados
en el oscuro lodo.
Ya no iré como náufrago a bucear intrépido
cerca del romano que reina en ellos.
y te diré
Que no te amo.
Que no te amo,
Que no te amo.
y buscaré tus labios, y tocaré tu cuerpo...

Me haces bien.
¿Sabes?
Me haces bien cuando te alejas de mí
porque a ti te hallé dentro de la tierra
contigo me entrelazo en las raíces,
y sólo veo en ti brote, flores
vida. 

Pienso que me uni a ti en un principio
en otro tiempo.
Que crecí contigo
En alguna parte hemos sentido lo mismo.
Pero esta simbiosis
se transforma en desconsuelo
por la dificultad de amar que nos acecha
y me haces bien.
Haces bien en irte.

sábado, 24 de octubre de 2015

Haiku's


I

The leaves dance
scarlet sensitives   fruits
caresses from sun

II

Cries of children
the stream splashing
with ties  of sun

III

Air and breeze touch
traces flying high
afternoon sleeps

IV

Awake with light
a warm caress comes
Heat the soul
Acrilico-Lejania-Almudena Martin 2009

domingo, 18 de octubre de 2015

Haiku (Estaciones- verano)

Haikus 
El Haiku es una de las formas más bellas de la literatura japonesa. Se trata de un poema corto de diecisiete sílabas, distribuidas en tres versos 7-5-7. Su relato es descriptivo. Como flash que ilumina un instante, casi siempre un paisaje. Nació de la observación de los campesinos hacia la naturaleza. 
Según la tradición, todo haiku debe incluir una palabra o expresión que indique el día, estación o periodo del año al que se refiere el poema


I


Las hojas bailan

escarlatas las frutas

acaricia el sol 






II


Gritos de niños

el arroyo salpicando

con lazos de sol 



III


Aire y mosquitos

huellas que vuelan alto

duerme la tarde




IV


Despertad con luz

una caricia caliente

calor del alma



Agónica juventud


Mi juventud nunca fue futuro,
fue un límite que tocó el abismo,
un presente hiperbólico.
Muchos me empujaron
muchos me detuvieron.
Los coágulos de mi sangre se rompieron
con el terrible apretón
que recibí in extremis de la supervivencia.

Me aferré feroz a los vidrios rotos de mi mismo.
Jirones de dureza dispararon
desportillando superficialidad,
la mansedumbre de algunos caníbales
terminó por decepcionarme.

Las flores se fueron marchitando
en el jardín de mi vida,
no había agua que pudiese satisfacerlas.
Las raíces se ovillaron repudiando a la lluvia
y se lamentaban hartas de sus vicisitudes.

El ántrax crónico del alma me consumió
y el olor nauseabundo del paso de los años
aceleró los latidos que vertían pétalos de creencia
cada vez más lánguidos.
Los puntos de vista hilvanaron
opúsculos biográficos disparatados.

Como la hierba con la arena
mi juventud se arrastró paradójica.

Fatalista