la veía siempre en medio de todo
en la calle andando,
en un corro hablando
pagando un café,
en la plaza bailando
Con su rizos rubios
con sus uñas rojas
sus zapatos altos
Y todo su cuerpo envuelto en puntillas.
Nunca pude hablarle
me quedaba mudo
tan solo acercarme.
Después fui creciendo
y ella desapareció en mitad del tiempo.
Ayer la vi de nuevo
con su pelo largo
oliendo a una crema
que recuerdo de antaño.
Charlaba de espaldas
me acerqué a su lado
queriendo tocarla.
Y he llamado al viento para acariciarla.